El Universo empezó por un caos del que salieron sucesivamente la luz, el calor y la humedad; y, finalmente, el Cielo y la Tierra. El primer ser superior era una divinidad macho, llamado Rangi; el segundo, una divinidad hembra, Papa, que quiere decir madre.
También se dice que la diosa celeste Taaroa abrazó a una roca, fundamento de todas las cosas, que a causa de ello produjo la tierra y el mar.
En las tinieblas primitivas, Taaroa éxistia en un huevo, del que salió después. Del caos salieron, mediante evolución gradual, el movimiento y el sonido, la luz creciente, el calor y la humedad, la materia y la forma y, finalmente, el Cielo padre y la Tierra madre, tardó de los dioses, de los hombres y de la naturaleza toda.
Respecto a Rangi y Papa (el Cielo y la Tierra), decíase sobre ellos que en un principio estaban unidos. Pero de tal forma enlazados que sus seas hijos vivían en profunda oscuridad.
Cinco de ellos, hartos de aquella noche eterna, decidieron matarlos. El sexto se negó. De los rebeldes, cuatro trataron de conseguir su propósito, pero fracasaron en su intento.
El quinto, Tenemahuta, padre de bosques, pájaros e insectos, tuvo más suerte y al fin consiguió separarlos. En cuanto al sexto de los hermanos, que era el dios de los vientos y tempestades, prefirió quedarse con su padre. Los otros se repartieron la tierra y el océano.
El dios de los vientos, dispuesto a vengar a sus padres, puso en fuga a cuatro de sus hermanos, pero no pudo vencer al quinto. Ese era Tumatauenga, el padre de los hombres.
Pero la lucha, que fue feroz tuvo como consecuencia la desaparición de gran parte de la tierra bajo las olas del mar.
Se asegura igualmente que el Sol y la Luna eran hijos de Rangi, y que los dioses Valtea y Tangaroa se disputaron al primogénito de los hijos de Papa, pretendiendo cada uno que él era el padre.
Tras mucho reñir, acabaron por entenderse haciendo que Papa cortase al niño en dos. Vatea lanzó al cielo la parte que le pertenecía, que fue al Sol. Tangaroa esperó que la suya se descompusiera para hacer lo mismo. Así se explica la palidez de la Luna.
Otros afirman que el Sol y la Luna son como marido y mujer. Primeramente habitaban en la Tierra, en alguna parte lejana allá al Este; pero luego el Sol se marchó al Cielo, ordenando a la Luna que le siguiese.
En cuanto a la noche, no existió siempre, sino que un demiurgo llamado Kat se la trajó a los hombres, a los que creo.
Cuando Kat hubo creado a los hombres, a los cerdos, a los árboles y a las rocas, el día era interminable. Entonces sus hermanos le dijeron:
—iEsto es muy aburrido y desagradable, Kat! Mira de arreglarlo.
Entonces Kat cogió un cerdo y se fue a cambiarlo por un poco de noche a la Noche, que vivía en otro país. La Noche ennegreció las cejas de Kat, le enseño a dormir e incluso a hacer la Aurora. Al volver Kat junto a sus hermanos trajo un gallo y otros pájaros para que anunciasen el día. Una vez con ellos, les dijo:
—Preparad camas con hojas de cocotero.
Hecho esto, vieron por primera vez descender el Sol hacia el Oeste y, alarmados, gritaron a Kat:
¡Mira hermano, el Sol se va!
A lo que Kat replicó:
—Sí, pronto va a desaparecer. En cuanto veáis un cambio en la faz de la Tierra, ello será la Noche. Entonces hizo venir la Noche. Y sus hermanos gritaron asustados:
— ¿Qué es eso que llega del Mar y cubre el Cielo?
—La Noche —les respondió Kat—. Sentaos a los lados de la casa y cuando sintáis algo en los ojos, acostaos y permaneced tranquilos.
Era ya oscuro y los ojos de los hermanos de Kat empezaron a cerrarse. Al pronto sintieron miedo, pero Kat los tranquilizó y al final empezaron todos a roncar.
Cuando la noche hubo durado bastante, el gallo empezó a cantar y los pájaros a gorjear. Entonces Kat cogió un pedazo de obsidiana roja y corto la noche.
Y la luz, sobre la que la noche se habia extendido, brilló de nuevo, y los hermanos de Kat despertaron.
Repollés, J. (1979). Las Mejores Leyendas Mitológicas. España: Editorial Bruguera, S.A.