Nuestro blog

0

Refiere una leyenda croata que, al principio, no existía más que Dios, pero Dios dormía y soñaba.

Este sueño duró siglos enteros. El momento fijado para que despertara llegó. Lo hizo bruscamente, miró en torno suyo, y de cada una de esas miradas nació una estrella.

Dios mismo se sorprendió de ello y comenzó a viajar para ver lo que sus ojos habían creado. Viajó, viajó interminablemente. Al fin llegó a nuestra tierra, pero estaba ya fatigado. Las gotas de sudor caían de su frente. Una de estas gotas adquirió alma, y ella fue el primer hombre.

Así el hombre nació de Dios. Pero no fue creado para los placeres: nació del divino sudor, y desde su origen quedó destinado a sufrir y a trabajar.

 

Bibliografía

Repollés, J. (1979). Las Mejores Leyendas Mitológicas. España: Editorial Bruguera, S.A.

Comentarios ( 0 )

    Déjanos tu comentario

    Tu correo electrónico no será publicado. Los campos requeridos están marcados *