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En la Provincias del Chaco y Corrientes crece una planta que los indígenas llamaban Caai Cobé, que significa planta viva y científicamente es conocida por Vergonoza-Spegasini. Es una especie de mimosa sensitiva, que cierra sus hojas cuando el viento la golpea o bien cuando el hombre simplemente la toca.

Cuenta la leyenda que a orillas del río Mbocoretá (pago de los mocovíes) vivía un grupo de indios. Allí nació una niña tan fea, tan escuálida, que poco falto al padre para deshacerse de ella.

Sus caracteres físicos poco variaron con el crecimiento, y así llego a la pubertad la pobre Isaú sin conocer otro cariño que el de su madre. No obstante ello, un sentimiento florecía en su corazón, el del amor a sus hermanos, acrecentado cuando el sufrimiento y el dolor nacido con las enfermedades alejaban de los mismos toda protección. Así la vieron asistir a los que padecían de viruelas, a los llagosos, a los insanos.

Solo hierbas cuyas propiedades medicinales nadie conocía empleaba para sus curas milagrosas, las que recogía en lo enmarañado de la selva y en las orillas de los torrentosos ríos.

Alarmados los payés y adivinos de la aureola que rodeaba a Isaú, pues no había en la tribu nadie que no hubiera recibido su consuelo y fuera aliviado de sus dolencias, decidieron deshacerse de ella. La esperaron emboscados entre unas matas, y desde allí le dispararon varias flechas. Una de ellas hirióla de muerte. Y allí donde la encontraron poco después, diéronle sepultura ante la congoja de toda la tribu, que la lloró desconsoladamente.

Sobre su tumba, tiempo después, nacieron varias plantas de caai cobé, humilde y fea como la india martirizada, y que, como ella, hace con sus hojas medicinales todo el bien que puede a los que sufren.

 

Bibliografía

Honegger, S.A. Gran Manual de Folklore. Buenos Aires: Editorial Honegger

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