Son más de 200 millas cuadradas las que conforman la superficie de este complejo arqueológico llamado líneas Nasca. Localizadas entre mesetas áridas al suroeste de Lima, entre los valles de Ica hasta Acari, estas colosales figuras trazadas en el terreno, se pueden percibir únicamente desde lo alto.
Su nombre lo tomaron de la cultura nasca, una civilización sumamente avanzada que vivió en las cercanías. Se sabe que esta raza estaba bien adelantada, no solamente por sus impresionantes geoglifos, sino porque se ha descubierto que tenían técnicas textiles muy avanzadas. Por ejemplo, a base hierbas idearon un sistema excelente de tintes para teñir las telas que manufacturaban; también se nota su adelanto en la policromía y el criterio puesto en la proporción de los motivos de su cerámica.
Se cree que probablemente haya sido la cultura paracas la iniciadora de este arte, y no la nasca, debido a que uno de los geoglifos más antiguos descubiertos, el de un gato, está también representado por los paracas en su cerámica y textileria. La erosión causada por el tiempo permite ver débilmente los trazos de este dibujo localizado a pocos kilómetros de la ciudad de Ica.
Las pampas de Nasca, o de Jumaná, tienen un área aproximada de 924 kms, en los cuales se han logrado identificar 167 dibujos de diversos tamaños (líneas de 3 kms, diseños desde 4 m hasta 300 m). Por años cientos de personas habían volado encima de estos trazos, y nadie se habla percatado con exactitud de los dibujos. Algunas pequeñas observaciones sobre «extrañas líneas en el desierto de Nasca», como las que hiciera el cronista español Cieza de LeOn, se habían anotado, pero nada específico sobre las figuras que formaban.
En 1939 el Dr. Paul Kosok, de la Universidad de Long Island, oyó decir que «en una superficie de 60 kilómetros habían unas asombrosas líneas de superficie en el desierto». Voló por un buen rato, pero no lograba descubrir nada; de repente, cerca de la franja oscura de la Carretera Panamericana logró divisar algo: brillantes formas trapezoidales se destacaban sobre el fondo marrón de la zona desértica. Voló, cuidadosamente tratando de descifrar las líneas… “¿No es esto una araña?», pensó. Descendió un poco más y quedó atónito ante su descubrimiento. Estas no eran simples líneas, ¡eran glifos gigantescos!
Kosok jamás imagino la revolución que su hallazgo significaría para el mundo. Eruditos e investigadores de los más diversos campos se han estado dando cita en el lugar desde entonces, con el fin de desarrollar nuevas teorías que le den una solución lógica al enigma que estas líneas encierran. ¿Para que fueron construidas? ¿Con que elementos y herramientas se logró la precisión con que fueron trazadas? Arqueólogos, historiadores, antropólogos… y hasta brujos y hechiceros han acudido al sitio a investigar si estos dibujos tienen alguna conexión con la materia de sus estudios.
Una de las teorías que más aceptación ha tenido es la de la astrónoma y matemática alemana Maria Reiche. Según ella, los nascas utilizaron estos signos como un calendario gigantesco. Ella cree que cientos de toneladas de piedra fueron transportadas a este lugar con el fin de crear los bordes de cada línea; estas fueron cuidadosamente colocadas a fin de calcular minuciosamente los planos, y poder reproducir los patrones, de la misma forma como lo habían hecho con sus textiles y tejidos.
María sostiene que estos diseños fueron trazados en pequeños lotes de tierra de 6 pies, ya que ha encontrado varios de esta clase, próximos a los diseños más grandes. Utilizando cada plano como modelo, ella estima que los nascas los dividieron en secciones y luego los reprodujeron en escalas mayores. Este método les permitía desarrollar los diseños en las proporciones gigantescas que lo hicieron, sin necesidad de una visión completa del trabajo a medida que lo realizaban. Para dibujar las líneas, probablemente emplearon un cordel atado a una base, lo extendieron poco a poco y luego emplearon dos o tres cordeles más para cerciorarse de que el primero quedaba recto. Para las curvas, se emplearon pequeños arcos colocados muy cerca.
Existen otras teorías sobre cómo esta cultura pudo trazar semejantes geoglifos. Algunos afirman que quizás los nascas se valieron de globos gigantescos llenos de aire que, desde el cielo, les brindaban una perspectiva completa de lo que miraban haciendo. Además, según estos eruditos, es probable que ellos hayan enterrado a sus muertos enviándolos al cielo en este tipo de globos.
Para tratar de averiguar si habrá sido posible que los indios de aquella época hayan podido volar, arqueólogos han investigado más acerca de los nascas por medio del estudio de algunas tumbas cercanas a la región de Paracas. Descubrieron un lugar conocido como la Necrópolis, que se cree que fue utilizado como un cementerio para dignatarios y personalidades de la zona. Los cuerpos de esos personajes fueron envueltos en largas capas de telas finísimas, ricamente adornadas con pieles exquisitas. Los diseños de estos atuendos mostraban personas extrañas que parecen estar deslizándose o cayendo de una pendiente con la ayuda muchos listones de telas alrededor de ellas. ¿Podrían estas culturas haber construido este tipo de vehículos? Sus dibujos precolombinos sugieren que quizás fue así.
Lo que ha quedado prácticamente sin partidarios es la creencia de que estas líneas hayan sido pistas de aterrizaje para seres de otros planetas. Los signos que estas líneas representan, pertenecen a los característicos de las culturas nasca y paracas, y que los indios empleaban para decorar cerámica o sus tejidos. Aún más, los vestigios de esta civilización dan muestra sólida de que esta fue lo suficientemente inteligente como para idear textiles, industrias y medios de comunicación, y por lo tanto tenía la capacidad de construir proyectos mayores.
Además, si realmente alguien hubiera utilizado estos trazos como pistas de aterrizaje, carece de lógica haber dejado de usarlas repentinamente, cuando tantos años de trabajo y esfuerzo les costaron a cientos de hombres. Por otra parte también se ha descartado la idea de que estas líneas hayan estado asociadas a la agricultura de la región, pues ésta una zona completamente desértica.
El por qué y para que de la construcción de los geoglifos sigue siendo un misterio. Si fueron una ayuda para la adoración nasca, si eran un medio para comunicarse con sus dioses, o simplemente una expresión artística de estos hombres, solo el pasado lo sabe.
Tal vez eran muestras de las incursiones astronómicas de los indios peruanos o un gigantesco calendario primitivo enormes observatorios, y hay quien dice que fueron tremendos lugares de congregación tribal. ¿Se llegaron a realizar ofrendas para los dioses en los que ellos creían en este lugar, o eran estas figuras simplemente, la representación de algún espíritu?
Aquí las ideas chocan, los argumentos se hacen cada vez más candentes y las más diversas ideologías se contradicen unas a otras. Alguien escribió alguna vez que «las líneas Nasca simplemente son los dibujos realizados por el impresionante dedo de un gigante juguetón que, miles de años atrás, vivió en la Tierra»… Simple poesía ¿o un argumento más para explicar el origen de estas líneas?
Álvarez, M. (1991). Grandes misterios de todos los tiempos. Colombia: Editorial América, S.A.