Tag: ruiseñor

0

Un día de mayo del año 1433 en la época de Concilio Basilea, un grupo de eclesiásticos fue a pasear por un bosque cercano de la ciudad. Formaban aquél prelados, doctores, monjes de toda clase, y y discutían acerca de puntos difíciles teológicos, poniendo distingos, argumentando, acalorándose acerca de las annatas, las expectativas y las restricciones, empeñándose en averiguar si Santo Tomas de Aquino había sido mayor filósofo que San Buenaventura…¡qué sé yo! De pronto, en medio de sus discusiones dogmáticas y abstractas, calláronse, quedando como si hubieran echado raíces bajo un tilo florido en el cual se escondía un ruiseñor que daba al aire sus más melodiosos, sus más suaves, dulces y enamorados trinos. Todos aquellos sapientísimos varones sintiéronse maravillosamente emocionados, sus escolásticos corazones abriéronse a aquellas cálidas emanaciones de la primavera; despertaron de la abstracción glacial en que se hallaban sumidos; se miraron con sorpresa y arrobamiento, hasta que, al fin, uno de ellos hizo observar sutilmente que todo aquello no le parecía muy canónico, que aquel ruiseñor podía ser muy bien un demonio, y que ese demonio había venido a interrumpir y desviar su conversación cristiana por medio de sus seductores cantos, que les arrastraban a la voluptuosidad y al pecado. Entonces uso contra él el exorcismo que se acostumbraba…dícese que el ave contestó al conjuro: “sí, yo soy un espíritu maligno”, y tendió el vuelo sonriendo. En cuanto a los que le habían oído cantar, aquel mismo día enfermaron, no tardaron mucho en morir.

Bibliografía

Perés, Ramón. (1973). La Leyenda y el Cuento Populares. Barcelona: Editorial Ramon Sopena, S.A.