Hace muchos años había un gaucho a quien de Joven llamaban en la pampa un «mozo flor», flor de pecado, desgraciadamente. Y cuentan que poseía el don de atraerse la simpatía de todos, hombres y mujeres. Y no poco aumentaba su prestigio el decirse, con aire de misterio, que era dueño de un talismán, que
Cierto día, durante la conquista de América, los hombres que habían salido en descubierta regresaron al campamento español con varios prisioneros. Eran indios charrúas, de mirada hosta y con la melena caída sobre el rostro. Entre ellos, sin embargo, había uno más alto que sus compañeros, qua andaba con una altivez poco frecuente en un